Philip French trabaja como técnico en la productora británica Peachy Productions y, ahora, después de 8 años viviendo en Guilford, está viajando dos veces por semana a una ciudad cercana, para trabajar también como voluntario apoyando la campaña benéfica del hospital Royal Surrey.
Cada semana, esta iniciativa local produce unas 2500 comidas llenas de sabor y valor nutricional, y las reparte entre el personal del hospital Royal Surrey.
Entre algunas de las personas involucradas detrás de este proyecto se encuentran expertos de la industria del espectáculo de la ciudad. Tras conocer las emocionantes historias de los trabajadores en primera línea de batalla, y viendo cómo algunos apenas tenían ingresos para comer, decidieron comenzar esta campaña.
Encontrándose Reino Unido en una situación aún sumida en el confinamiento, el cierre de muchos negocios y la suspensión de eventos y espectáculos, Philip supo que era el momento de involucrarse en una causa mucho mayor. Y, desde entonces, forma parte de la iniciativa.
Un día, mirando por la ventana del hospital, vio la catedral de la ciudad. Y pensó que sería una maravillosa idea, iluminarla los jueves por la noche para que se uniera a los aplausos a los trabajadores y sanitarios.
"Todo el mundo está poniendo su granito de arena y, concretamente, algunos están usando la luz como medio de apoyo. Fue entonces cuando decidí hacer lo mismo en Guildford"
En cuanto tuvo la idea, se acercó a los gerentes del centro religioso y les comentó su plan. El edificio de estilo neogótico, fue diseñado por Edward Maufe y construido entre 1936 y 1961. Desde su finalización en 1965, es la sede del Obispo de Guildford.
En cuanto tuvo el visto nuevo, Philip puso en práctica todo lo que sabía para elegir las luminarias adecuadas. Optó por equipos de Robe: 12 Pointes y 16 LEDBeam 150, así como otras luces LED PAR y otras de lavado, empleando un total de 80 accesorios de iluminación en el complejo.
Las Pointes se desplegaros para resaltar la cima de la torre, y todos los demás accesorios se instalaron en el suelo, rodeando el edificio.
Siguiendo las correspondientes medidas de distanciamiento social, Philip, junto a su co-director Ryan Howard y otros dos voluntarios, se encargaron de montar el cableado por los exteriores de la catedral, enganchándolos a varias salidas e insertándolos de vuelta en una toma maestra de 63A y 3 fases colocada frente al edificio. Philip dice que usaron unos 1500 metros de cable.
Dadas las dimensiones del edificio, decidieron no utilizar una consola o control DMX. Todo el contenido fue pre-programado en el almacén y, cada semana, antes de cada proyección, las luces son manipuladas para su enfoque de forma manual.
Desde principios de abril, cada jueves, la catedral se tiñe de azul. Sin embargo, un día las autoridades eclesiásticas preguntaron a Philip si sería posible iluminar de verde la catedral con motivo de la fiesta anual de la ciudad el 2 de mayo, y la disposición del equipo fue unánime.
Y una semana más tarde, fue el propio Philip quien se ofreció a iluminar la catedral con los colores de la bandera británica, para conmemorar el 75º aniversario del Día de la Victoria, que marcó el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa. Para esta ocasión, además, Philip usó algunos proyectores artísticos 30K de Christe, facilitados por Peachy Productions.
El enclave de la catedral justo en la cima de la colina Stag Hill de la ciudad, hace de ella todo un fenómeno, que ahora se ve aún más destacado por su nueva iluminación. El espectáculo ha logrado convertirse en un foco irradiador de energía y positivismo, que puede ser vislumbrado hasta desde varios kilómetros de distancia durante las noches más claras.
*Photo credits: Alex Turner
*Drone shot: Steve Parsons/PA Media
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