Después del primer parón en su historia provocado por la pandemia de la Covid-19, Eurovisión ha vuelto este 2021 a nuestras pantallas. Al frente del nuevo equipo técnico y de producción se encontró el técnico holandés Erwin Rintjema.
Rintjema fue el seleccionado para este proyecto gracias a su experiencia, dedicación y capacidad resolutiva de eventos de gran calibre. Para esta edición, se apoyó en un valiosísimo equipo de trabajo, tal y como explica: “Entre los miembros principales del equipo estaba Gijs Vos como Director de Transmisión y Stefan Hoohenkerk como Director de Espectáculos. De igual modo, otros técnicos de nuestro equipo procedían de la distribuidora oficial del festival, Sightline Productions. Entre ellos estaban Marcel Vellekoop como Director CAD, Christiaan van Oudenallen como Productor Técnico de medios, Jaap Bouma como Director de Operaciones y Jeroen Veenman como Productor Técnico de la sala principal y del segmento dedicado al concurso”.
El pasado mes de mayo se celebró la ambiciosa y prometedora 65ª edición de Eurovisión, y se retransmitió a todos los lugares del mundo desde el estadio Ahoy de Rotterdam
Como en otras producciones con la misma magnitud e importancia que Eurovisión, la clave del éxito se encuentra en la planificación al detalle de todo el evento, así como en la selección de personal, diseñadores, productores o distribuidores. “Procuramos hacer realidad la visión de diseño del escenógrafo Florian Wieder, el concepto de iluminación de Henk Jan van Beek, el esquema de audio en directo de Jeroen ten Brinke y la emisión de audio concebida por Thijs Peters. Cada elemento, por más mínimo que pareciera a simple vista, fue probado y planificado meticulosamente durante las semanas previas al evento”.
Pero es que Eurovisión no solo es su escenario, sino también todas las áreas circundantes. Las zonas de producción, las salas de prensa, las cabinas de los presentadores, los camerinos, las zonas comunes… Todo tenía que estar a punto, y organizado con una combinación exquisita de tecnología de difusión, iluminación, vídeo, sonido, escenografía, comunicaciones, rigging, efectos especiales, energía, infraestructura y mucho más.
Aunque un evento de tales magnitudes suele requerir una organización extraordinaria, este año, hubo que añadir la problemática de crear un espacio libre de covid. Así lo explica Rintjema: “Para abordar con éxito esta edición, tuvimos que volver a concebir algunos conceptos de diseño, organización y trabajo a los que estábamos acostumbrados. Además, tuvimos que planificar cuatro escenarios posibles, desde la producción completa, con una audiencia normal, hasta la coordinación de varias producciones remotas, con audiencias y equipos de distinto tamaño. Para abordar esta misión, los compañeros de producción de otros años nos ofrecieron su experiencia y algunos consejos muy valiosos. Pero, como nos comentaban, no es que exista una “biblia eurovisiva”, y la producción cambia cada año al celebrarse en un país distinto. Supongo que aquí radica también la emoción y la importancia de un evento como Eurovisión”.