El diseñador y ganador de un premio Tony, Jeff Croiter, se unió a la cartera artística de Elation Professional con las cabezas Van Gogh LED para implementar una nueva iluminación en la reciente adaptación musical de Cyrano, protagonizada por Peter Dinklage en el Teatro Daryl Roth de Nueva York.
Este clásico relato de un amor no correspondido se estrenó en noviembre y ha sido alabado por su cuidado diseño. Durante la obra, que consta de cinco actos, Croiter decidió usar los accesorios de la serie Artiste para desempeñar los distintos papeles para las diversas escenas de la obra.
"La versatilidad fue un factor clave, la opción de iluminación perfecta para Cyrano. Es la primera vez que las uso y han funcionado a la perfección".
Croiter, que lleva a las espaldas más de 25 años de experiencia en el sector de la iluminación dentro y fuera de Broadway, utilizó las cabezas Van Gogh desde una postura de retroiluminación, dejando atrás la retroiluminación LED convencional o de posición fija. "Durante la trama, no necesitamos muchas cabezas móviles, así que optamos por algo con flexibilidad que pudiéramos mover y usar como luces de lavado. Así cubriríamos todo el escenario o remarcaríamos ciertos momentos especiales. Las cabezas podían moverse con total sutileza, además de expanderse o contraerse sin problemas".
La cabeza Artiste Van Gogh para teatros cuenta con un motor de luces inteligentes LED blancas de 380W, que proporciona una luz de campo plano con alta calidad e incorpora un sistema de enmarcado de 4 hojas. Otras características son sus lentes intercambiables para ordenador o Fresnel. Crotier comentó, además, que aunque él quería una lámpara de lavado LED, era importante que esta no tuviera una cara de diodo LED pixelado.
"Puesto que Cyrano es una obra de época y no un concierto de rock, no quería destacar demasiado respecto a la iluminación. Sin embargo, todas las luces quedaron a la vista, así que tuvimos que cuidar la imagen de las luminarias. Optamos por la lente Fresnel porque era esencial que el efecto lumínico fuera como una luz de teatro; vaya, como una Fresnel. En este sentido, la Van Gogh era perfecta. Nunca había visto nada parecido".
Aunque el tono del espectáculo tendía a ser un tanto naturalista, Croiter empleó una gama íntegra de tonos durante las 2 horas de función, pasando desde cálidos e incandescentes colores naturales, hasta colores con más vibración y vivacidad. Respecto al equipo usado en la instalación, fue un sistema de mezcla CMY de 16 bits que disponía de CTO sin fisuras y una rueda de color añadida.
"Me gusta la calidad de la luz y cómo se mezcla el color. Algunas luces LED no pueden ofrecer matices sutiles y colores naturales como, por ejemplo, los referentes a la calidad incandescente o la luz solar y lunar. Por eso, lo que más me entusiasma de estas luces es que pudieron lograr precisamente lo que otras no pueden”.
Ambientación LED natural
Cyrano se ha interpretado en un largo escenario (de unos 12 m de ancho y una profundidad de 3’5 m); un espacio que obligó al diseñador a utilizar el sistema framing shutter de las Van Gogh. "Las luces realizaban la cobertura a la perfección, era más que suficiente. Así que, para enmarcar la luz, nos dedicamos a hacer tanto los postigos del escenario como los del fondo. Necesitábamos el ancho, pero, aún así, enmarcábamos la luz fuera del público y fuera de la escena. Fue bonito ver cómo le podíamos dar forma a la luz con las Van Goghs".
Las unidades Van Gogh, se mantuvieron ocupadas durante toda la actuación, siendo utilizadas en cualquier lugar y situación. Estas cabezas imitaron tanto luces de trabajo, como luz del día vista a través de una ventana o la luz de la luna penetrando de entre los árboles.
En la escena anterior a la batalla del cuarto acto, la multifuncionalidad de las Van Gogh fue simplemente impresionante. "Se utilizaron en todo momento, desde los efectos especiales para revestir la escena con frialdad mediante un azul austero, hasta los efectos utilizados en las escenas de baile, cuando queríamos destacar algún momento de la escena”.
En el acto final de la obra, se recreó una escena en el patio de una iglesia, donde las cabezas recrearon los tonos de ámbar y oro, propios de una puesta de sol otoñal.
Recientemente, el diseñador ha señalado en una entrevista que no tuvo problemas con el ruido de las cabezas móviles y que, además, ni una sola persona se quejó de que el sistema era demasiado ruidoso. "La verdad es que ha sido uno de los proyectos más silenciosos que he hecho hasta el momento. Así que, también se podría decir que en ese aspecto fue todo un éxito".