Por fin pudieron volver esta primavera las óperas en directo a San Francisco, inaugurando su regreso con “El barbero de Sevilla”. La representación, que siguió a rajatabla el protocolo anti-Covid, contó con la ayuda de luminarias IP de Elation.
Al seguir habiendo restricciones para las reuniones en interiores, la compañía de Ópera decidió volver a los escenarios en el Marin Center Drive-in de San Rafael, donde todos los interesados acudieron en sus propios coches para disfrutar del clásico de Rossini.
La obra es una adaptación de 90 minutos del director Matthew Ozawa, y tuvo lugar desde el 23 de abril al 15 de mayo. El público pudo disfrutar del espectáculo, o bien mirando directamente al escenario de la representación, o bien desde las diversas pantallas de autocine, en caso de que estuvieran más alejados del escenario.
El aforo de cada espectáculo rondaba las 300 personas
Equipo de iluminación
El director residente de iluminación de la Ópera de San Francisco (SFO) es Justin Partier, pero para la producción de esta obra, el diseñador de iluminación fue Jax Messenger, también miembro de la SFO. Además, como este Drive-In no solo acogió esta ópera, ya que durante el día también se utilizaba para los conciertos de los residentes, los Alder Fellows, los dos compañeros y amigos se repartieron las tareas de iluminación y trabajaron juntos.
De Fidelio al Barbero
La escenografía del Barbero surge fruto de una reimaginación de una escenografía anterior, la del Fidelio de Beethoven, que se vio obligada a posponerse indefinidamente con el estallido de la pandemia. Messenger, quien también formó parte del equipo creativo de Fidelio, confiesa cómo muchos elementos de la escenografía de Fidelio fueron adoptados por la producción de Barber.
“Creímos que era una buena idea reinventar el decorado que ya estaba hecho, y usarlo para esta nueva producción. Así que adaptamos toda la escenografía, tomando como propios los elementos más atrevidos de Fidelio”
Proteus Maximus
La producción del Barbero y de los conciertos de Alder Fellows se produjo en un enorme escenario, propio de un festival.
Como parte de este se dispusieron dos enormes pantallas de vídeo a cada lado. En lo que respecta a la iluminación, las luminarias necesarias tenían que caracterizarse por un alto brillo, pero también por su resistencia ante cualquier condición climática.
Las Proteus Maximus de Elation, con 50.000 lúmenes, resultaron siendo la mejor opción. Se especificaron 56 de estas unidades para las posiciones FOH, los trusses del escenario y las torres repartidas por el público. “Desde un punto de vista más creativo, sigo prefiriendo las luminarias más brillantes. Me gusta quedarme tranquilo, confiando en la potencia y brillo de las luminarias y dejándolas hacer su trabajo”.
Partier recuerda así la primera vez que usó la Proteus: “Su intensidad fue muy importante para nosotros. Queríamos realizar algunas configuraciones previas de iluminación para probar estas luminarias antes de la noche, pero no nos había sido posible por el sol de California. Pero con las Proteus pudimos hacerlo varias veces bajo superficies cubiertas”. Asimismo, añade que la luminosidad también fue muy importante para el vídeo IMAG, ya que algunos coches se encontraban muy lejos.
Otra de las características más destacadas de las Proteus Maximus se encuentra en su grado de protección IP65, aptas para todo tipo de inclemencia y condición climática
Color
Partier es de la opinión de que, si se trata de una ópera, una luminaria tiene que ser lo suficientemente cuidadosa para el ajuste de la temperatura y color. Las Proteus Maximus también destacan por ello. Además, al estar sumidos en una situación en que no los cantantes ni los actores pueden interactuar mucho con el público, el contenido en pantalla pasó también a ocupar un papel aún más destacado. Así que también hubo que contrastar la labor de las luminarias con el contenido en pantalla. “Procuramos contar con una amplia variedad de colores para poder exponerlos en todo su esplendor cuando fuera necesario. La potencia y el color de la Maximus nos otorgaron la flexibilidad que necesitábamos y, como resultado, obtuvimos unos tonos verdes y dorados muy bonitos”.
Con la proyección de las luminarias y de las dos pantallas, al director de fotografía se le presentó el reto de equilibrar los blancos, aunque no le costó mucho trabajo con las facilidades de las luminarias.
“También fue importante obtener bordes nítidos y un buen zoom para producir una adecuada iluminación frontal y de relleno tanto para el fondo como para las zonas superiores a ambos lados del escenario”
Flexibilidad de las SixBar
En el esquema lumínico de la producción también destacaron 92 luces SixBar 1000 IP, la luminaria LED de seis colores más famosa de Elation. “Estas se emplearon como iluminación clave en todos los espacios. También las empleamos para iluminar los paneles translúcidos del nivel inferior. Otras las instalamos sobre las puertas y en planos superpuestos, o como contraposición suave a la luz frontal. En ocasiones, sus tonos se fundían en rosas claros y ámbares y el resultado fue precioso”, comentaba Messenger. Los diseñadores también emplearon las luminarias para desplegar colores muy saturados durante los momentos más dramáticos.
Entre otras luminarias de Elation se encontraban 33 unidades Fuze PAR Z120 IP como luces de fondo, 26 DTW Blinder 350 IP 2-lites y 20 DTW Blinder 700 IP 4 como iluminación FOH.
Felix Lighting se encargó de proporcionar todas las luminarias. Por su parte, los técnicos que participaron en el proyecto pertenecían al sindicato IATSE Local 16
Después de 16 meses, la vuelta a los escenarios de la Ópera de San Francisco no pudo ser más emocionante. Alabada tanto por el público como por la crítica, la adaptación operística de Ozawa marcó un antes y un después en la ópera post-pandémica.