Puede que pase a la historia como uno de los momentos más icónicos de la historia de la música. Y es que justo al final de We Love NYC: The Homecoming Concert, y tras millones de miradas de ilusión, se acercaba el momento en que Paul Simon se subiera al escenario para cantar “The Boxer”, iluminado solamente por un suave hilo de tungsteno.
Según el diseñador de iluminación del espectáculo, Tom Kenny, esta actuación hubiera sido histórica si no llega a producirse un inesperado corte de luz provocado por la tormenta tropical Henri que se avecinaba.
Además de quedarse sin la actuación de Simon, el público tampoco pudo disfrutar de los conciertos de Bruce Springsteen, Cynthia Erivo, Elvis Costello, Patti Smith, Maluma y The Killers, entre otros. Sin embargo, no todo fue malo. Por suerte, más de la mitad del show (producido por Diversified Production Services, Done + Dusted y Clive Davis) sí que pudo realizarse. Y la celebración, mientras duró, puso de manifiesto el valor de la creatividad, la fuerza de la comunidad y la importancia de la música en directo para nuestro mundo.
La impresionante escenografía de Bruce Rogers y el exquisito diseño lumínico de Kenny, sumados a la potencia y esplendor de más de 600 aparatos y 108 paneles de vídeo IP de CHAUVET Professional (proporcionados por 4Wall Entertainment), pusieron el telón de fondo ideal para este gran espectáculo.
“La verdad es que me hubiera encantado poder disfrutar del concierto desde el otro lado, como mero espectador. Pero lo bueno fue que pude disfrutar de lo lindo aún así. Los artistas de cartel estuvieron espectaculares, y también se portaron de maravilla los que finalmente no pudieron acudir. Por ejemplo, The Killers, que no llegaron a salir, interpretaron una versión acústica de Mr. Brightside en su carpa justo después de que se cancelara el espectáculo”.
“Y ahí estaban los neoyorquinos, que se fueron cantando canciones hasta llegar al metro. Nos lo pasamos en grande haciendo este show para ellos junto al equipo de 4Wall. La tormenta nos dio también un toque de humildad: pues no importa lo grandes y fuertes que seamos, la madre naturaleza siempre nos ganará en números”
Para muchos, la tormenta fue una especie de aguafiestas; pero para Kenny, la tormenta también trajo una “lluvia de posibilidades” para que las luminarias de CHAUVET Professional demostraran su valía bajo cualquier condición climática. “Teníamos cientos de luminarias y 108 paneles de vídeo IP F5 y no nos falló nada. Fue todo un éxito teniendo en cuenta la magnitud del evento”.
Uno de los momentos favoritos de Kenny llegó de la mano de las 248 unidades COLORado Solo Batten con IP65 que se usaron para iluminar las enormes letras de NYC del escenario. “Daba igual donde estuviera la gente, siempre podían verse claramente las letras del NYC perfectamente iluminadas. Al principio barajamos usar otra luminaria por su resolución, pero decidimos decantarnos por la COLORado, que además de tener una resolución excelente, contaba con protección IP”.
Kenny aprovechó el largo del escenario (unos 23 metros) para crear una serie de lavados y efectos de iluminación envolventes basándose en 81 luminarias Maverick Storm 1 Wash y las 68 unidades Maverick MK3 Wash que se colgaron a lo largo de las filas de trusses de la parte trasera, así como a ambos lados del escenario. También usó estas luminarias, junto a otra serie de luminarias Rogue, para la iluminación del público. Para el lavado del escenario se desplegaron 60 proyectores WELL Fit a base de baterías y con clasificación IP65.
Los paneles de vídeo F5 IP no dejaron ni un solo instante de mostrar imágenes y vídeos, y se dispusieron tanto en una banda horizontal que atravesaba toda la parte externa del escenario, como en una banda que cruzaba la parte superior de la estructura.
“El espectáculo fue lo suficientemente grande, pero sin perder su esencia de intimidad. Teníamos como objetivo crear un montón de imágenes dinámicas que conectaran con el público asistente al parque, pero que también lograran llegar a los espectadores desde sus casas. Desplegamos varios de mis diseños habituales de iluminación lateral, porque no nos olvidemos que estamos en Nueva York, y un poquito de ambiente teatral nunca viene mal. También rogamos a los artistas que vinieran vestidos con colores llamativos para que fueran fácilmente distinguibles. Básicamente les animamos a que se vistieran como si su propio cuerpo fuera a ser el lienzo de un espectáculo de luces. Y lo captaron de maravilla”.
La instalación, que se completó en tan solo cinco días, fluyó a la perfección; y eso que fue en Central Park, donde solo podían empezar a montar a partir de las nueve de la noche y continuar hasta las cinco de la mañana
“Ha sido un evento histórico en el que todo nos ha salido bien. Tengo muchísima suerte de poder codearme con los mejores profesionales. Me apoyaron durante todo el proyecto, desde la especificación de los equipos y el servicio de Bob Suchoki de 4Wall, hasta las distintas labores de seguimiento. Katherine Borderud, nuestra joven diseñadora lumínica del FOH, también lo hizo estupendamente, al igual que Jason Uchita, nuestro director de iluminación o Mike Appel, David Convertino, Alex Flores y, en definitiva, el resto del equipo”.
Kenny también tuvo la suerte de contar con la ayuda inestimable de su hija Grace, que lo ayudó en casi todo, e hizo de esta experiencia una aún más especial; algo que ni una simple tormenta pudo estropear.