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CHAUVET Professional pone el fuego en el Lichtfestival de Gante

Primario y poderoso, esencial para la vida misma y, a la vez, destructivo e implacable. El fuego, en cualquiera de sus vertientes, es una de las grandes fuentes de inspiración del ser humano. Pues, ¿quién no se ha quedado alguna vez completamente embelesado al observar la danza de las llamas? 

Tal vez sea esta “admiración” que sentimos por el fuego, la que provocó el éxito de “El gran incendio que nunca ocurrió” durante el famoso Lichtfestival de Gante celebrado el pasado mes de noviembre. La obra, imaginada por el artista austriaco Michael Langeder, hizo “arder” la torre de la iglesia de San Nicolás, con llamas que parecían tan de verdad que hasta alguno pensó en llamar a los bomberos.

Pero crear una obra así no fue algo fácil. Además de tener que subir el equipo a la torre de 40 metros de altura, el equipo de diseño tuvo que hacer varias pruebas antes de dar con la solución final. Para realizar su trabajo se basaron en luminarias COLORado y COLORdash con clasificación IP65 de CHAUVET Professional, proporcionadas por John & Jane Premium Technical Event Support.

Liam van Tornhout, que trabajó en el equipo creativo junto a Jaagbaar y Reinout Hiel, quiso describir el proceso. “Recrear el fuego fue mucho más que copiar su estética. Tuvimos que plasmar el caos y los colores, y para lograrlo tuvimos que probar muchas cosas”.

CHAUVET Pro Ghent FIRE 1

Más de 160 esquemas de color distintos probó Liam desde su software ChamSys MagicQ antes de decantarse por uno. Al final eligieron el blanco para el núcleo del fuego, y luego se basaron en tonos amarillos más que en los naranjas y rojos. 

La mezcla de luz blanca y amarilla con matices anaranjados propició un fuego que parecía completamente real. Se desplegaron 24 luminarias COLORado Panel Q40, colocadas sobre el suelo de la torre para recrear también tonos rojos y naranjas. 

A estas les siguieron 16 COLORdash H12 IP. Cada una fue instalada junto a cada una de las estrechas ventanas de la torre y también en el suelo. La magnífica mezcla cromática de estas luminarias compactas COLORdash RGBWAUV otorgó a los diseñadores infinitas posibilidades de trabajo. 

Pero los incendios nunca son ordenados, y eso Liam lo sabía. Por ello, programó la iluminación en secuencias aleatorias, de modo que cada look se iba repitiendo en momentos distintos y sin lógica alguna. 

Y para lograr realismo también hacía falta humo. El equipo de diseño logró recrearlo con 16 máquinas de niebla, una por ventana. Para alimentar las máquinas fueron necesarios 1.200 litros de líquido diarios durante los cinco días que duró el festival. 

Con un aspecto que rozaba la realidad, la exposición atrajo las miradas de más de 800.000 curiosos

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